martes, 27 de agosto de 2013

El periodismo de copiar y pegar

En estos días, de ocio y vacaciones, uno encuentra más tiempo para rondar por internet y visitar la páginas de los confidenciales y los digitales que, dicho sea de paso, surgen como setas en otoño, y te encuentras con que lo que has leido antes lo vuelves a leer literalmente en otra página. ¿La culpa es de internet? Yo creo que, como dice el periodista Ramón Salvatierra, "el problema es que con internet se detecta facilmente y se denuncia" Pero no deja de ser una falta de respeto tanto al autor como al lector y por supuesto, y por lo comentado anteriormente, una torpeza mayúscula porque siempre te pillan.
Una máquina de escribir Underwood
Supongo que mucho antes de internet esta práctica sería habitual, pero desde luego menos comprobable, porque la globalizaciópn periodística no había llegado a los confines en que se encuentra en estos momentos.
Hoy día cualquiera que escriba algo en el facebook, en el twitter o en un blog ya hace eso que se ha dado en llamar, equivocadamente para mí, "periodismo ciudadano". Subir una foto y hacer un comentario más o menos afortunado no es periodismo. El periodista consulta a las fuentes y procura respuestas de los actores implicados en la información.
Un confidencial publica esta semana una información sobre José Carracao en la que se observa fácilemete cual es la pretensión de quién escribe, desacreditar y desprestigiar al exsenador socialista. Tuve que seguir indagando bastante para conocer cual era la visión de Carracao sobre el asunto en cuestión, poco menos que le trataban de traidor, y a punto estuve de llamarlo por teléfono, pero encontré su valoración en otro digital, en este caso de Ceuta. Y lo peor de todo es que hay quién le da rango periodístico y se hace eco de informaciones no contrastadas, y muchas veces interesadas, en la mayoría de los casos.
Una viñeta de El Roto
La proliferación de gabinetes de prensa dedicados a dirigir la comunicación de instituciones políticas ha servido, desde mi punto de vista, para dos cosas, una la de vestir, la información suministrada, con el celofán de facilitar el trabajo de los periodistas, y dos la de realmente vendernos a los periodistas sólo lo que interesa al político. Ya lo decía el periodista argentino Horacio Verbitsky: "Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativo y documentado posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa; de la neutralidad, los suizos; del justo medio, los filósofos, y de la justicia, los jueces. Y si no se encargan, ¿qué culpa tiene el periodismo?" 

En definitiva que resulta muy aburrido leer tanto corta y pega. Y de los comentarios que se pueden leer en en esos digitales, y también en la denominada "prensa seria", mejor hablamos otro día. Las descalificaciones, la zafiedad de las expresiones, los insultos... claro que igual ahí radica el éxito, desgraciadamente.
Lo último en comparecencias ante los medios: la pantalla de plasma

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